viernes, 12 de noviembre de 2010

HISTORIA DE AMOR JUVENIL


Estos jovenes podian ser los protagoinistas
de nuestro relato


Quiero regalar en esta ocasion a los lectores de mi blog personal , este sencillo relato de amor para reflejar que dicho sentimiento muy vivo en nuestra vida cotidiana. Espero y confio en que sea del agrado del lector.


La tarde de verano , lenta y suavemente como si pretendiera vencer inútilmente la batalla al tiempo, hiba agonizando, era el instante del relax y el ocio tras la jornada laboral. El calor era pegajoso e intenso, y las miradas de los ciudadanos deseosas de alcanzar el merecido descanso estival. Tome asiento, en una conocida cafetería de nuestra ciudad. Allí, donde el viejo pianista, como cantaba Ana Belén, dejaba notas musicales ,aferrado a su piano, notas que sonaban como viejas melodías, en el aire de la suavidad y la paz interior que nuestras particulares almas, pueden dejar. El camarero dejo sobre mi mesa, mi habitual consumición, y reinicié la lectura de mi libro veraniego , ese, que cada periodo estival,obligatoriamente, se convierte en el mejor de nuestros compañeros. De repente, levante la mirada, al escuchar una bellísima voz femenina. Y allí estaban.
Si, allí estaban dos enamorados. Unos jóvenes, que apenas superaban los 20 años de edad. Que hermosa, y a la vez, que envidada barrera juvenil. Que hermosa manera de demostrar al mundo entero, que poseían toda la vida por delante. Que perfecta combinación de complicidad mutua, para tararear con sus miradas esa popular canción estival “ tengo un ataque de amor “. Que hermosa presencia del ángel del amor, enlazando las manos de ella y de él. De repente, me vino a la memoria , que quizás, cantautores como Víctor Manuel, Aute, o Serrat, podrían haber compuesto una canción, a esos jóvenes enamorados. Canción, que, no tengo la menor duda, unirían mucho mas las miradas de ambos, supervisando, con las mismas, el grado de su particular escala de valores.

Él , cabello moreno, tez quemada por el sol , y con vestimenta deportiva.Ella , rubia, con ojos verdes , y una sonrisa que contagiaba la alegría, que en esa representación , dulce y sensual del lado femenino de nuestras vidas, podía existir. Compartían una copa de helado. Un helado, que podía derretirse con el paso del tiempo , pero , que ni mucho menos, podía ser comparable al intenso fuego amoroso, que parecían trasmitir sus jóvenes corazones, cuyos latidos, pretendían dibujar en el aire segedano, la invencible nostalgia de una fuerza común. Una fuerza llamada amor , o mas concretamente , su propio amor. Compartían también, una conversación intima, y probablemente, hasta sensual.

He de reconocer, que hipnotizado, trate de descubrir en el movimiento de sus labios algunas de esas palabras, que uno y otro, se destinaban , ejercicio, que al final, tuvo un resultado negativo. Ya que tan solo, puede deducir de los labios de él, un emocionado “ te quiero “, mientras, que la mirada de ella, reflejaba un brillo de entusiasmo y alegría. Reconozco, que mientras los observaba sentí envidia , y por unos segundos, mi mente se cruzó de gratísimos recuerdos, para hacer de ellos la verdadera esencia de la existencia en esta vida.Enamorados, que dulce y hermosa palabra, escribí improvisada y rápidamente en un servilleta, y garabateé algunas palabras, que encadenaban esa imagen de los dos jóvenes .Esa misma imagen, que fue la que se desvaneció en mi mente, cuando, minutos después, y con el helado ya consumido. Con algunos besos regalados mutuamente entre sus labios. O con una ligera carcajada femenina dejada por ella, los vi marchar, cogidos de la mano, a paso tranquilo, despacio, sin prisa , porque tenían toda una vida por delante.

Se marcharon, sonriéndose, el uno al otro , y regalándose, de vez en cuando, algún beso. ¡ Que diablos ¡ estaban enamorados ,y de alguna manera tenían todo el derecho a reflejarlo, para ir construyendo cada día, su propio mundo.