miércoles, 18 de febrero de 2009

ORGULLO DE SER EXALTADOR


Rafael Borrallo, José César Molina, Francisco Javier Pichel

Probablemente, el titular de este articulo, puede pecar de falta de humildad, ( nunca mejor dicho pero no he encontrado otro calificativo para definir mi aportación dentro de los magníficos actos que a finales del pasado mes de Septiembre , tuvo a Cortegana , y al Santísimo Cristo de la Humildad, como protagonistas estelares. Alguien dijo en una ocasión , que el mayor de los pecados que un ser humano puede cometer, es olvidar la tierra que le vio nacer. Sinceramente, creo que ese no es mi caso, sencillamente, porque en la noche del pasado 25 de Septiembre a escasamente dos meses para bajar el telón al octavo año del nuevo siglo los amigos de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Humildad, volvieron a abrirme las puertas para ratificar y certificar mi amor por Cortegana. Estoy seguro, porque así lo sentí, durante mi exaltación que el amor al Hijo de Dios , volvió a tener un nuevo capitulo en esos actos que unificaron varios sectores de la localidad corteganesa. Allí, me encontraba una vez más para desahogar, a través de mi escritura y a través de mis palabras los sentimientos dejados por este humilde corteganés. Muchos artículos he escrito sobre mi pueblo natal, pero tuve la grata y hermosa sensación que aquella feliz noche de cumpleaños religioso, se unificaban en uno, para transformarlo en exaltación con el objetivo de piropear ,sin miedo, a una de las imágenes mas hermosas de Cortegana. Imagen, que en la actualidad, esta siendo embellecida y restaurada por las manos de Miguel Ángel Pichel.

Orgullo de ser exaltador , insisto, titulo este articulo. Y orgullo es también que el trabajo de mujeres y hombres corteganeses mantenga viva la llama de la fe y religiosidad, sin importar las clases sociales, porque todos somos hijos de Dios. Este humilde exaltador, recuerda ahora como esa imagen, durante muchos años, se encontraba “ triste y sola “ ( como la vieja canción de tuna ) en la ermita del camposanto corteganés. Seguro estoy que el inhumano acto de su flagelación revivido cada Miércoles Santo por las calles de este pueblo, establece en cada latigazo la crueldad que aún hoy en pleno siglo XXI, siguen sufriendo millones de seres humanos. Entre ellos , niños inocentes que mueren de hambre, o no tienen la ilusión de dejar volar su imaginación para escuchar la voz del Maestro “dejad que los niños se acerquen a mi “.No quiero dejar pasar esta ocasión, sin plasmar de manera publica los pensamientos que cruzaron mi mente, cuando contemple la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Humildad en el altar mayor de la Iglesia Parroquial. Viaje entonces en el túnel del tiempo y quise detenerme en el Pretorio de Pilatos y poner en mi boca las palabras de Jesús: “ Tu lo has dicho, soy rey “. Si, porque aquella noche, mientras dejaba en los muros del templo cristiano de Cortegana, mi exaltación, sentí como el Rey de Reyes, iluminaba mi corazón. Como Jesús, aun con la crueldad reflejada en su cuerpo, se seguía sintiendo libre de espíritu.

Insisto por tercera vez en este artículo , como las tres caídas de Jesús camino del Monte Calvario, orgullo de ser exaltador, o mejor dicho de haber sido exaltador de un evento cristiano que durante unos días envolvió de magia celestial mi pueblo natal. De unos actos, que se unen a los muchos ya realizados en pro del amor cristiano, que Cortegana siente a sus imágenes de pasión, y por tanto, a sus hermandades.Me van a permitir, que me remita ahora al as palabras escritas por la Madre Teresa de Calcuta, cuando plasmaba sus sentimientos, al decir, “ Hablo del amor a las almas. Del amor tierno de Dios.... las palabras pasan de mi alma a mis labios y anhelo creer profundamente en ellas “. Mismas palabras son las que de alguna manera me gusta releer para revivir los momentos de mi exaltación amorosa a la imagen de Jesús, que siente atada sus manos, para dejar la libertad de sus palabras, y plasmar para siempre, el momento cumbre que cada ser humano puede tener, con la bandera de la humildad como principal estandarte del camino ,que a cada cual nos ha tocado recorrer.

Termino con unas palabras de agradecimiento a los integrantes de la Hermana de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Maria Santísima de la Esperanza por la confianza en mi depositada, y desearle que esos dos conceptos, es decir, la Humildad y la Esperanza, sean las antorchas que iluminen el camino cristiano de esta hermandad.



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